28 noviembre 2007

UN TERCIO DEL VIAJE




Cuantas cosas se han podido ver y hacer en tan corto periodo de tiempo. Por un lado parece que fue ayer cuando inicie mi viaje a Ecuador y por otro lado, si se tiene en cuenta lo intensamente que se ha vivido, parece que llevo años fuera de casa. He tenido la oportunidad de conocer dos países, Ecuador y Perú, bastante en profundidad, rodeada de viejos amigos y de nuevas amistades. Me han dado tanto, he aprendido de la Universidad de la vida, he recibido tanto cariño, luz y sabiduría que me encuentro pletorica.

El resultado de todo este periodo de tiempo, no hubiera sido igual, sin la compañía de todas esas personas que han estado a mi lado.A todas las llevo en mi recuerdo a mis amigos Julia, Mónica y José de Ecuador, que me abrieron sus casas y sus corazones; a Jane Bower, mujer australiana que me acompaño en el peregrinaje por Lima, buscando un lugar donde colaborar y que compartimos el primer mes de voluntariado en Perú y con quien compartí el aula del Colegio Fernandini, rodeadas de soldados del ejercito peruano que nos protegían y protegían las donaciones que teníamos en el jardín; a Vita y Rosalina que fueron nuestras Ángeles de la guardia en Guadalupe; a Patricia y Eduardo del Hotel la Huacachina que nos cuidaban con tanto amor en su pequeño hotel con encanto, mimándonos con calditos calientes por la noche cuando llegábamos agotadas de nuestro trabajo; a nuestra amiga Cecilia Dávila de UNICEF, a Joelle Bovy con quien compartimos dormitorio en la Huacachina, trabajos de voluntariados varios y la querida amistad de nuestro hombre pisqueño Víctor Ramos quien abrió también su corazón y su casa para nosotras; a Soledad Peña de Guadalupe quien se ha quedado de tutora de Cesar Maldonado en nombre nuestro; y a tantas mujeres de Expansión Urbana, Hellen, Janet, y Teodora; a todos los hermanos de Remar de quien hemos aprendido a servir, sin pedir nada a cambio; a todas esas personas con las que nos hemos relacionado a través de las colaboraciones que hemos llevado a cabo.

No puedo dejar de llevar en mi recuerdo a mi amiga Margarita con quien he compartido cerca de tres meses, para lo bueno y para lo malo. Risas, cariños, momentos de luz , alegrías y momentos bajos. Como un buen matrimonio. Tres meses juntas compartiendo habitación ,amistades y cariños.

Margarita y yo nos separamos el día 24 de Noviembre en Maicao, una ciudad fronteriza de la Guajira Colombiana. Uno de los lugares mas inhóspitos de Colombia, por donde pasa todo el contrabando desde Venezuela, por lo que las carreteras están prácticamente tomadas por el ejercito. Margarita continuo a Venezuela para encontrarse con nuevas amistades y experiencias y yo baje hacia Bogota, a la espera de iniciar el siguiente tercio del viaje, con la esperanza de que sea tan enriquecedor como este que acaba de terminar.

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