14 diciembre 2007

APORTACION A LA CRÍTICA DEL RESTAURANTE DE UNA CLIENTA






Efectivamente, una cliente observadora y que haya hecho producción, se daría cuenta enseguida que en este restaurante, no dejan nada al azar. Desde la llegada al parqueo (como lo llaman aquí), situado al otro lado de la carretera del restaurante, perfectamente organizado para acoger a tantos coches, con jarrones llenos de paraguas, colocados estratégicamente para que los clientes se protejan tanto del sol como de la lluvia. Los guardias de trafico privados que ayudan a cruzar la carretera principal a los clientes que vienen procedentes del parqueo.

Entendí perfectamente porque Maria y Paloma querían ir a comer a este restaurante, tan loco para los mayores y de tanto colorido y espectacularidad para los niños. Mientras les llegan los menús infantiles y una vez que han terminado, todos estos pequeños tienen un área de recreo, que no tiene que ver nada con nuestros “aparca niños” que tenemos en algunos restaurantes españoles. Aquí son talleres manejados por profesionales, donde pueden hacer cerámica, pintura, música, danza con disfraces, maquillajes, lo que cualquier niño necesitaría en su tiempo libre. Eso si, dentro de una armonía y sin gritos, ni carreras, etc.

Todo en el restaurante esta perfectamente organizado para que funcione bien, para que no haya esperas en las comidas, para que se atienda perfectamente al cliente hay unos 400 camareros, cocineros, limpieza de suelos, después de que haya pasado una actuación y haya derramado papelillos de todo tipo de colores. La distribución de la mesas perfectas, para que no parezca que estas en un galpón con 2000 personas. Colocadas de tal manera que solamente ves a las 3 o 4 mesas que tienes alrededor.

El ambiente para la cena cambia completamente y aquí es donde empieza la fiesta. Volveremos para comprobarlo por la noche.

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