14 diciembre 2007

BOGOTA UNA HISTORIA DE AMOR












Asi titulaba el articulo publicado en una revista local, Alejandro Saldivar, periodista español, sobre el restaurante “Andrés Carne de Res”, y que copio integro por su interés descriptivo.

Una vez más Cristina y Juan Carlos quisieron agasajarme con lo mejor de su tierra, a parte de su compañía por supuesto. O sea que el sábado sugirieron ir a comer a un sitio muy especial, donde las niñas también tenían cabida. Ellas se pusieron contentísimas y después de conocer el lugar comprendí todo.

…”Internándose en sus calles y secretos, Alejandro Saldivar recorre Bogotá para constatar su obvio resurgimiento como metrópoli cosmopolita, de alta calidad de vida.

Lo que sigue es la piedra angular del viaje: la razón más importante del autor de este articulo para viajar a Colombia. A solo 35 kilómetros de Bogota, en la misma ruta hacia el norte, se encuentra el restaurante, bar., bailadero, vividero, ligadero, tertuliero y estudio experimental de teatro humorístico mas divertido del planeta tierra. Sautor –hecho celebridad internacional- Andrés Jaramillo, es el segundo gran virtuoso restaurantero de Bogota que, a diferencia de Katz, solo tiene un restaurante con 180 mesas y capacidad para más de 2000 personas. Andrés Carne de Res (Calle 3 no. 11ª-56, Chia) recibe 6000 adictos comensales por semana porque lo que ahí sucede los fines de semana rebasa los limites de la ficción para internarse en los confines de la poesía. No es política de esta revista emitir juicios tan contundentes de valor pero la calidad diferenciada que Jaramillo ha dado a este jacalón de techos bajos, luz de velas y lámparas tenues es único en Latinoamérica y en el resto del mundo. Al llegar, 12 molinos quijotescos motorizados advierten la entrada entre árboles al restaurante. De cada centímetro cuadrado de postes, muros, y techos de su interior cuelgan objetos, fotos, esculturas, mascaras, antigüedades, espejos, letreros divertidos y lámparas rojas en forma de corazón que Andrés y Maria su mujer, han colocado con gracia y sorprendente estética durante 22 Años de existencia del negocio. La música, mezclada por un disk jockey desde la una de la tarde, tiene el volumen perfecto y elección atinada. Platos de patacón con hogar, papas criollas, chicharrones y arepas de todo tipo invaden la mesa ala par del aguardiente y las cervezas Rubí, marca exclusiva del establecimiento. De mesa en mesa viajan estudiantes de actuación disfrazados de carteros, en trajes típicos o como se le ocurra a Andrés ponerlos ese día, acompañados por trompetistas, luces de bengala y regalitos. Mas tarde vendrán las carnes, las ensaladas y los aguardientes. Cuando uno menos lo sospecha ya son las nueve de la noche y el lugar se empieza a atiborrar de personajes de tres generaciones sedientos de rumba. Empieza el baile y las carcajadas y el ambiente se torna imposible de superar. Los cigarros, las fotos y hasta las aspirinas llegan en envolturas sencillas pero con enorme creatividad, dándoles un sentido humano a todo. Este es, a mi parecer, ||el local donde se celebra la vida con mas intensidad del planeta, y vivo bajo el lema de que entre mas veces vaya en la vida, mas feliz seré. Bien vale la pena un viaje a Colombia solo para conocer este lugar favorito de todo quien, alguna vez, entro por las fauces de su puerta.

Debido a su difícil comercialización turística y baja opinión en el subsconsciente colectivo de los viajeros del mundo, Bogota es, para bien y para mal, uno de los deslumbrantes secretos mejor guardados del continente. Los que pierdan el prejuicio serán remunerados por la sorpresa de una ciudad voluptuosa, rodeada de cerros verdes, con colores y climas cambiantes. Y como cualquier capital que se respete, aquí se consigue de todo: desde los perfumes más sofisticados, hasta las pócimas legendarias y mágicas de los indios del Amazonas.

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