21 junio 2006

EL CUENTO DEL SAPITO VIAJERO. Basado en la realidad

Erase una vez un sapito muy pequenito que vivia en los alrededores del Lago Victoria en Mosoma, Tanzania. Alli la tierra donde vivia era fresquita pues siempre estaba banada por las aguas del lago. En el jardin, donde normalmente vivia, llegaban viajeros con mucha frecuencia a instalar sus tiendas de campana. El sapito se preguntaba que hace esta ente, de donde vienen y a donde van? Que pasa con estas tiendas de campana donde se acuestas y luego por la manana las recogen y se van en un camion. Donde iran?
El sapito un dia decidio que el tambien queria viajar. Espero a que llegara un viajero que le gutara. Un dia llego la Tia Charito, la viajera, e instalo su tienda de campana en el jardin. El peque sapito estuvo dando vueltas alrededor de la tienda de la tia Charito, y pensando un plan de como viajar gratis el tambien. Al dia siguiente por la manana, cuando la tia Charito empezo a recoger la tienda se encontro que el sapito estaba alrededor de la tienda. Lo cogio para no pisarlo y lo puso al lado de un arbol.
La tia dolo la tienda de campana con mucho cuidado, muy apretada para que cogiera en su bolsa y luego en e camion.La puso junto con las otras tiendas de campana en un compartimento del camion. Todo muy bien colocado y muy apretado pues tenemos poco espacio. El camion estuvo vijando 10 horas desde el Lago Victoria al Parque Natural de Serengueti. Despues de ver muchos animales por el camino, rinocerontes, elefantes, jirafas, monos, al fin llegamos llenos de polvo y muy cansados al nuevo campamento.
Enseguida abrimos el camion, sacamos cada uno nuestra tienda de campana para colocarlas en el nuevo jardin. La tia Charito cogio su tienda, que pesa un monton, la saca de su bolsa y cuando empieza a extenderla, ve que hay algo que salta desde dentro. En principio la tia se asusta creyendo que puede ser una serpiente, o algo asi, y se encuentra al pequeno sapito. Fuen una alegria y tuvimos que pensar quer hacer con el.
Lo pusimos al lado de un arbol donde habia hierva fresca pues el sapito necesita agua para vivir, y me imagino que despues del largo viaje en el camion con tanto polvo debia de venir sediento.
Despues de montar la tienda, fui a ver al sapito y me comento "Que a el tambien le gustaba viajar y que por eso penso que si se venia conmigo podria ver mundo. Le explique que yo no le podia llevar pero que se quedara aqui y asi veria a otros viajeros.
Colorin, colordo este cuento real se ha acabado

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