11 enero 2008

LA COLOMBIA QUE YO VI














No tenía intención de estar mucho tiempo. Simplemente conocer Cartaganea de Indias y visitar a los Bayona. En mi no programación del viaje nunca se contemplo pasar un mes y medio en esta calida Colombia. La prensa, los rumores y las guías turísticas hablan del terrorismo, de la guerrilla, de las FARC, de esta guerra que ya llevan librando 40 anos, lo cual no te anima a pasear por el país, pero después de conocer el carácter del colombiano, como diría mi amigo Juan Carlos, *estamos construyendo país*, tarde o temprano lo conseguirán. El colombiano es trabajador, culto y pertinaz, saldrán adelante si no les ponen trabas desde el exterior como a otros tantos países de América Latina.

Podríamos decir que Colombia conserva fuertes vínculos con la herencia española, pueden dar testigo de ello, su cultura, las ciudades coloniales y el carácter del colombiano que es muy amable, atento y educado, alegre amante de la música y la cultura. Su tono de hablar es dulce y siempre se dirigen a ti y entre ellos con las palabras, amor, te amo… que bonito. Siempre palabras en positivo y en tono suave.

Dicen que a los colombianos de clase baja, les gustaría ser mexicanos, a los de clase media, americanos del norte y a los de clase alta y superalta, les hubiera gustado ser ingleses. Ese es su gran trauma, imitan a los ingleses de la alta burguesía, con sus bebidas, sus deportes, su manera de participar en sus actos sociales, etc.

OPTIMIZAR EL TIEMPO. DESDE CARTAGENA A LA GUAJIRA

Un mes y medio te permite racionalizar el viaje y ver una muestra del país. Es importante organizar geográficamente la ruta, para optimizar el tiempo, para no tener que dar saltos innecesarios en un territorio tan grande, y sobretodo si se hace por carretera. Quise entrar en Colombia, viajando desde Lima, por la joya de la corona, de las ciudades coloniales, Cartagena de Indias, con su casco histórico protegido por sus murallas, que te permite deambular como si te encontraras en un pequeño barrio de alguna ciudad del sur. Casas con balcones de madera, llenos de flores, tenderetes en la calle ofreciéndote desde por la mañana esos desayunos colombianos de arepas con queso, arepas con huevos y sus jugos de frutas tropicales. Muy buenos restaurantes, sobre todo por la noche sirviendo sus comidas y tragos en sus terrazas para poder recuperarse al fresco, del día tan caluroso, amenizados con música en directo, al buen estilo cubano.

Cartagena te permite también disfrutar del mar y del archipiélago más cercano que es Islas Rosario, con aguas de color esmeralda y un lugar idóneo para bañarse entre corales y hacer submarinismo. Isla Pavitos, una de las islas del archipiélago, tiene aguas cristalinas y puedes nadar entre peces de colores en el manglar repleto de Fragatas que si están en época de celo tendrán sus grandes buches inflamados de color rojo para enamorar a sus hembras. En Isla Pavitos se encuentra uno de los hoteles diseñados por el arquitecto colombiano Simón Veles (Mirar resena de hoteles recomendados).

Mas tarde, siempre hacia el norte, la costa del Caribe, Santa Marta, con sus playas blancas, el Parque Natural Tyrona, hasta llegar a la Guajira, la parte más al norte de Colombia hasta el Cabo la Vela, en la frontera con Venezuela. Según vas serpenteando las carreteras hacia el norte, el mar Caribe, con sus aguas azules te lo encuentras a tu izquierda y a tu derecha te dan sombras las altas montanas de Sierra Nevada, llenas de vegetación, con nieve en las cumbres.

La Guajira el lugar de la cultura indígena Wayú, que para llegar hasta el Cabo la Vela tienes que ir por áreas desérticas, sin carreteras marcadas, pues los vientos van borrando las huellas de las marcas de los vehículos que han pasado antes que tu, o la lluvia ha cambiado los pocos trazos identificados de la temporada anterior, con nuevas grietas y surcos en el suelo y con vegetación distintas necesario que un guía lugareño, se suba a tu vehiculo para que puedas llegar a buen puerto, en este caso al Cabo la Vela. Las casas en este lugar son construidas con el palo de cactus gigantes secos, para la formación de las paredes, y con hojas de palmera en los techos. Los hospedajes para el visitante son del mismo material y la posibilidad de dormir en chinchorros bajo la luz de la luna llena fue un regalo de los dioses.

El pueblo indígena Wayú es rico en una artesanía, muy especial y cara, pues todo esta confeccionado a mano. Son famosos los chinchorros, grandes para dos personas, dobles que llegan a costar hasta 500 euros unidad. Los podéis ver en una foto en Hoteles recomendados, de Isla Pavitos.

El pueblo Wayu, tiene una tradición con sus Palabreros. El palabrero es un hombre que se consolida de una manera autodidacta y forma parte del patrimonio intangible del país y preserva en el tiempo una tradición cultural. El palabrero que calma los conflictos. A lo largo de medio siglo Ángel Amaya ~hoy tiene 78 anos de vida- ha sido una especie de talismán o un dios para los Wayu, porque puede arreglarlo casi todo.

Cuantas guerras no habrá evitado Angel? Es como un magistrado y un gran personaje que lo sabe todo. Cada vez que tiene una intervención es una lección.Don Ángel conoce el valor de la paz y resuelve grandes problemas con prudencia e inteligencia. Es portador de importantes valores para las nuevas generaciones. La figura del palabrero esta en instincion y aunque siguen saliendo jóvenes que quieren ayudar a su comunidad con sus intervenciones siempre tienen como ejemplo al Sr.Amaya. También el Sr. Amaya ha sido fundamental en la institución del matrimonio Wayu en el que las jovencitas son compradas por los padres o los familiares del futuro novio. Los novios no se conocen. Pero el matrimonio tiene que consumarse. Esta costumbre tiende a desaparecer pues las chinitas (nombre que se da a las jovencitas) quieren casarse con el chico que quieren.

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