05 febrero 2008

DE AFROCUBA 97 AL CANDOMBLE BRASILENO


Desde el inicio de la colonización Portuguesa en 1851, llegaron a Brasil, cerca de cuatro millones y medio de africanos para trabajar de esclavos. Aparte de su fuerza de trabajo, traían en sus cuerpos y en sus almas la semilla de las antiguas civilizaciones africanas. Vinieran desde donde vinieras, Mozambique, Angola, Congo, Benin, Guinea, aportaron a este nueva tierra americana, su religiosidad, su tecnología, su espíritu emprendedor, sus sabiduría y arte. En Salvador de Bahía como resultado de este cultivo de generaciones sucesivas, fue el florecimiento de una Bahía Africana.

Por la necesidad del sistema de colonización de tener que dinamizar la región del Norte del país, se provoco un gran comercio de hombres y mujeres africanas desembarcados en estos puertos. La creciente preponderancia de los pueblos africanos, fue en detrimento de los pueblos indígenas masacrados, y algunos otros europeos. Los negros esclavizados eran la mano propulsora de la economía marainiense y la principal contribución del proceso de identidad cultural del Estado, cuyo origen africano sobresalía en todos los sentidos, demográfica, histórica y lingüísticamente.

El africano comenzó a reconstruir sus sociedades (terreiros, quilombos y hermandades), con la idea de que estos fueran los polos aglutinadores para poder rescatar su humanidad sustraída. De esta forma surgió en Maranhao los primeros terreiros con su tentativa de instauracion de sus tradiciones y cultura.

















Con toda esta cultura tan arraigada en Sao Luis, me introduje en las celebraciones del 50 Aniversario de la Casa Fanti Ashanti, trasportándome en el tiempo a mi Cuba querida, en el nostálgico recuerdo de los amigos con los que tan maravillosamente trabajamos juntos para poder llevar a España, el proyecto de Afrocuba 97. Mientras estábamos en las celebraciones del aniversario, con los rituales del Bumba Meu Boi, danza fascinante derivada de influencias africanas, indígenas y portuguesas, no sabía si me encontraba en un terreiro cubano, con la presencia de nuestro querido Lázaro Ros y sus chicos, tocando los tambores, en las sofocantes noches habaneras.

El Pai Euclides Menezes oficio la ceremonia de Tambor de Minas, como se denomina en este Estado, al Candomble, el mas ortodoxo de los muchos cultos que trajeron de Africa los pueblos nago, yoruba y jeje, y todas las mujeres ataviadas con sus trajes de flores, iniciaron sus bailes frenéticos, descalzas, sintiendo la música de los tambores tocada por los hombres.Todo el lugar, el ambiente, las inscripciones en las paredes, alegóricas a Abátala, Yemaya, Xango, Oya, Ogum,Amahusu, ofrendas en los árboles abrazados por grandes lazos blancos, velas, tabacos, etc., seguía trasportándome a mi querida Habana , a Natalia Bolívar, a Zaida del Rió, a mi amigo David Hernández. Lugares tan lejanos, pero tan unidos, por el espíritu y los espíritus de aquellos hombres africanos que también llegaron a Cuba esclavizados, con su cultura, su religión, sus sueños rotos, pero que a pesar de sus sufrimientos, su recuerdo sigue vivo.












































































2 DE FEBRERO CELEBRACION DEL DIA DE YEMAYA

Yemaya es la diosa del mar, la reina de las aguas, que usa ropas cubiertas de piedras.

Yemaya procede de los yorubas de Nigeria y es según la leyenda hija de Olokum, diosa del mar. Yemaya se caso con Olofin, con quien tuvo diez hijos y luego se volvió a casar con Okere, Rey de Xaqui. Después de una dura vida en la tierra, decidió ir al mar de su madre, de donde rehusó volver. Hoy Yemaya tiene hijos en el mundo entero. Yemaya esta en todo lugar, donde el mar viene a romperse con sus olas espumosas. Sus hijos la hacen ofrendas para aclamarla y agradarla. “Yemaya, madre de las Aguas” que se extendió majestuosa en toda su amplitud.

¡Paz en las aguas! ¡Paz en la casa!

El 2 de Febrero los seguidores de la religión yoruba, celebran un ritual en las casas de santo, que son los sacerdotes del candomble, o en los terreiros. Sacan sus altares a lugares lo mas cercanos al mar, improvisando unos pequeños altares sobre las arenas de las playas.Todo el altar esta decorado con tapetes de encajes blancos y la imagen de Yemaya, sincretizada con la Santísima Concepción; una imagen vestida de azul cielo.Las ofrendas se depositan en un gran cesto de mimbre vestido también con encajes blancos y esta colocado en un lugar preferente del altar.
Los Pais y las Maes de Santos ataviados con trajes blancos de encajes, adornados con muchos collares, principalmente de colores blancos y azules y tocados con pañuelos blancos ellas y sombreritos casquetes ellos. Los feligreses, seguidores de esta religión, agasajan con sus ofrendas a Yemaya, llevándola al altar todo tipo de objetos para que siga pareciendo mas bella; espejos, jabones, perfumes, flores principalmente de color blanco y amarillo.

Antes de salir en procesión se hacen cánticos yorubas acompañados de tambores delante del altar, acompañados por todos los participantes. La embarcación principal lleva las ofrendas acompañadas por los Pais y Maes de Santo, los músicos y las personas mas representativas del terreiro.A esta embarcación la siguen todo tipo de embarcaciones de acompañamiento adornadas nadas para la ocasión con grandes hojas de palmeras, repletas de seguidores vestidos de blanco y con sus propias ofrendas, flores, etc.La procesion se introduce en el mar adentro, desde donde no se pueda divisar tierra y haciendo un circulo grande con todas las embarcaciones y al son de los tambores al ritmo de afoxa y sus cánticos yorubas, el Pai introduce en las santas y profundas agua del mar, el cesto lleno de ofrendas que se unirán con las flores que se lanzan desde las otras embarcaciones. El mar, por poco tiempo, se viste de un colorido manto de flores, salpicándonos con su agua bendita como dándonos las gracias por nuestras ofrendas. La procesión regresa a la playa.

Ahora, comienza la ceremonia religiosa del candomble, en algún terreiro, o lugar de culto acondicionado para tal fin. En ella participan las personas más allegadas a la congregación. El Pai, las Maes de Santos y las mujeres, ataviadas con sus blancos trajes, danzan con gran movimiento de manos –acompañadas de los tambores y de los cánticos con ritmos muy africanos- de una manera frenética alternando con giros lentos balanceándose sobre las caderas, para poder ser sujetadas por los acompañantes, que les secan el sudor de la cara, producido por el ambiente y la fuerza emocional del trance en el cual han entrado. Ellas dominan el espacio, son quienes danzan y entran en trance, el principal objetivo de la ceremonia. Los hombres desempeñan un papel secundario. Los observadores se mantienen en segundo plano, de una manera discreta.

Esta fiesta también se celebra el 1 de enero en cuba, como bienvenida al Ano Nuevo.
























































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